La piscina es ideal y Marco nos hizo sentir como en casa, siempre atento y amable. Además, el lugar tiene un encanto único que hace que te sientas en la Italia profunda, perfecto para descansar después de visitar las ruinas de Ercolano con mi familia.

A mis hijos les hubiera gustado más variedad en el desayuno.

El hotel tiene un jardín hermoso y la piscina es ideal para relajarse después de visitar Ercolano. Sin embargo, la limpieza de la habitación dejó mucho que desear. Además, hay opciones de alquiler de bicicletas y excursiones.

Al grano, lo mejor y lo peor

El lugar es encantador con un jardín hermoso para relajarse, pero la limpieza es deficiente. Las habitaciones requieren mantenimiento y el ruido puede ser abrumador. El desayuno es básico y se siente limitado. Una experiencia mixta.

Aprovecha el servicio del personal para gestionar excursiones, son muy amables y están dispuestos a ayudar con los traslados y entradas a sitios turísticos.

Los jardines son un auténtico paraíso 🌸, perfectos para relajarte tras un día explorando. La atención en piscina fue genial, pero el desayuno podría mejorar. no había zumos naturales. ¡Una estancia memorable en general!

encanto antiguo pero servicio mejorable

Me encantó el tamaño de la habitación, era espaciosa y tenía impresionantes vistas al jardín. Además, el personal fue amable y servicial durante toda nuestra estancia, lo cual hizo que nos sintiéramos bienvenidos. La ubicación es ideal para explorar las ruinas cercanas, es fácil desplazarse desde allí.

Sin embargo, hubo momentos en que la atención se sintió un poco mecánica.

* Entorno encantador
* Jardín hermoso
* Desayuno delicioso

* Atención mecánica
* Limpieza deficiente
* Ruido excesivo

cerca de las ruinas y park views impresionantes

La estancia fue genial, ya que el hotel está a menos de 15 minutos a pie del increíble Parque Arqueológico de Ercolano y a un paseo corto de la impresionante Casa de Galba, lo que me permitió disfrutar de monumentos antiguos y relajantes paseos en un ambiente encantador.

el hotel ofrece un entorno lleno de encanto, como un palacio antiguo. la piscina es ideal, con muchas tumbonas para relajarte y un restaurante que sirve desayunos deliciosos con una buena variedad de opciones.

podría mejorar la atención del personal! !

Impecablemente limpio y un servicio excepcionalmente atento con un toque de tradición.

La habitación era amplia y tenía un pequeño patio techado. Ideal para descansar después de visitar las ruinas de Ercolano. La decoración del lugar es hermosa y respeta el estilo antiguo. Sin embargo, la limpieza dejó mucho que desear. las sábanas solo las cambiaron dos veces en 13 noches. Además, el aire acondicionado estaba detrás de la cama y hacía ruido, lo que dificultaba el descanso. El desayuno, aunque sabroso, era escaso y no reponían los alimentos cuando llegabas más tarde. Las paredes de las habitaciones no aislan bien el sonido, y se escuchaba todo lo que pasaba en las habitaciones vecinas. A pesar de estas fallas, el personal fue amable y los jardines eran preciosos.

Los dulces de la Pasticceria Cepollaro son un verdadero manjar, con pasteles que te hacen suspirar de felicidad. Además, la atención en la piscina fue un deleite. Marco es un crack, siempre listo para hacerte sentir como en casa. La piscina es maravillosa y el entorno del hotel, un palacete histórico, te transporta a otra época.

Si eres fan de las comodidades modernas, este no es el lugar. Aunque el hotel tiene su encanto histórico, la comida no destaca. es correcta, pero no esperes sorpresas. El desayuno podría ser más variado y las colas sin reabastecimiento te dejan deseando más. A pesar de todo, la esencia de Ercolano brilla a través de los pequeños detalles.

El lugar es un auténtico palacete con un jardín precioso donde relajarte, además el personal es increíble, especialmente Gisseppe y Ivo, que siempre te hacen sentir especial.

Todo fue como quería y necesitaba.

Buena estancia pero con detalles a mejorar

La habitación era bien cómoda y espaciosa, ideal para descansar después de explorar. El desayuno tenía buena variedad, aunque un poco más de opciones no habría estado mal. Lo malo fue que nos faltó un poco de calidez en la atención del personal, a veces se sentía más mecánico que amigable.